Las historias románticamente grandes cuentan con tres elementos: dragón, princesa y caballero, que vistos de otra forma son la maldad, la bondad y la valentía, en conjunto, como unidad, no como elementos aislados. Al romance no se le podría encontrar nunca en el lloriqueo de la princesa que ha sido aislada en una torre del castillo o robada por el dragón. Tampoco puede encontrársele en la desesperación del caballero que agiganta el paso con la única finalidad de rescatar a su doncella.
Soto, J. (2001). Psicología Social. Cinta De Moebio. Revista De Epistemología De Ciencias Sociales, (10). Recuperado a partir de https://revistaderechoambiental.uchile.cl/index.php/CDM/article/view/26312