doi 10.4067/S0718-83582009000200004

 

La clasificación: una herramienta para la inclusión de la vivienda vernácula urbana en el universo arquitectónico

Classification: a tool to include vernacular urban housing in the architectural universe

 

Diana I. Maldonado Flores1

1 México. Arquitecta, Especialista en Diseño Arquitectónico, Maestra en Ciencias por la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y Doctora en Arquitectura por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). En estancia Posdoctoral; Centro de Estudios del Hábitat y la Vivienda (CEHyV). Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU). Universidad de Buenos Aires (UBA).


Resumen: El presente artículo constituye una síntesis de mi tesis doctoral titulada "Modelo para la clasificación arquitectónica a partir de sus componentes básicos" (UNAM, 2007), donde se reflexiona la manera con que tradicionalmente se clasifica la arquitectura, es decir, a partir de: modelos pertenecientes a otras disciplinas, períodos históricos, aspectos culturales, localización geográfica o épocas determinadas, resultando clasificaciones parciales relacionadas con el componente estilo, que excluyen gran parte de los objetos que conforman el universo de la arquitectura, sobre todo los producidos por arquitectos empíricos (arquitectura vernácula, rural y urbana). Para solucionar lo anterior, se propone un modelo de clasificación fundamentado en los componentes básicos característicos de los objetos arquitectónicos: el estilo, la forma, el ornato, la estructura, la función y el espacio. El modelo de clasificación se aplicó a objetos pertenecientes tanto a la arquitectura académica como a la vernácula y se concluyó que, en ambas, el componente función es predominante y que aún en la síntesis se puede establecer una correspondencia directa con los componentes básicos. De los objetos analizados se citaron, además de los adjetivos usuales: cubista, high tech, moderno o posmoderno, características relacionadas con los componentes. Un objeto puede ser estilista, formalista, ornatista, estructuralista, funcionalista o espacialista. Dentro de la arquitectura vernácula, lo que más se produce son viviendas, el análisis de las soluciones arquitectónicas ahí propuestas permitirán un acercamiento del académico con el "otro", ayudando al enriquecimiento de las soluciones que comúnmente se plantean. Para este trabajo se seleccionaron dos casas habitación, cuyos resultados evidencian que la clasificación puede ser el punto de partida para la inclusión de aquellos objetos no considerados por la mayoría de los profesionales de la arquitectura.

PALABRAS CLAVE: CLASIFICACIÓN ARQUITECTÓNICA; VIVIENDA VERNÁCULA URBANA.


Abstract: This article is the doctoral thesis summary titled "Modelo para la clasificación arquitectónica a partir de sus componentes básicos" (Architectural classification model based on baste components) (UNAM, 2007), which shows the way architecture is traditionally classified, that is from: models related to other disciplines, historical periods, cultural aspeets, geographic location or specific historical periods, resulting in partial dassifications, related to the style's component, which exeludes great part oj the objects that constitute the architecture universe, especially the ones produced by empirical architeets (rural and urban vernacular architecture). In order to tackle this classification problem, a new model oj classification is proposed based on the jundamental components oj architectonic objects: style,jorm, ornament, structure, junction and space. The classification model was applied to objects from the academic ana vernacular architecture. It was concluded that in both cases, function variable is the predominant one; even in its synthesis, a direct relationship can be established among its basic components. The analyzed objects were described asidefrom the usual adjectives such as cubist, high tech, modera or post-modern with component related characteristics; so they were also portrayed as: stylist, jormalist, ornamental, stnicturalist, functionalist or spatial. Housing is mainly produced within the vernacular architecture. The architectural solutions that emerged from it, allowed the academic scholar and the "other" approach helping each other enrich the commonly proposed solutions. . For this study two houses were chosen and the results demónstrate that the classification may be the starting point for those objects inclusión, usually not considered by most architecture specialist.

KEY WORDS: ARCHITECTONIC CLASSIFICATION; URBAN VERNACULAR HOUSING.


 

Introducción

Investigando la arquitectura vernácula urbana me enfrenté con un estudio de caso compuesto por alrededor de 100 inmuebles (aproximadamente el 95% de los objetos considerados funcionan como vivienda), localizado en una colonia popular del municipio de Guadalupe en el estado de Nuevo León, México: la colonia Paraíso; para la realización del levantamiento fotográfico y trabajo de campo (entrevistas, croquis, entre otras actividades) solicitaba la compañía de mi primo Polo, en ese entonces de 19 años, quien habita la casa que era de mis abuelos paternos, ubicada en el barrio. Polo era mi "pasaporte" a la colonia y a algunas casas de la manzana seleccionada. En una sesión de trabajo se detuvo y dijo - no entiendo Diana, ¿por qué te interesan estas casas?, somos pobres, las casas están feas, son de madera, algunas están sin pintar, ¿qué les ves?, no entiendo. Trabajar por la inclusión de estos objetos dentro del universo arquitectónico, explicarle a Polo que un tejaván es arquitectura, se convirtió en el punto de partida de este proyecto.

Dándole vueltas a esa idea y siguiendo con la investigación que se estaba desarrollando, la primera pregunta que vino a mi mente fue: ¿Cómo simplificar el objeto de estudio? Es entonces cuando nace la necesidad de ensayar una tipología para la arquitectura vernácula urbana, otras dudas fueron apareciendo: ¿Cómo se puede establecer una clasificación para la arquitectura vernácula urbana?, ¿Qué es el estilo dentro de la arquitectura vernácula?, ¿Cómo se clasifica la arquitectura académica?, ¿Se puede aplicar dicha clasificación a todos los objetos arquitectónicos? Siendo arquitecta educada en la academia, lo que intenté de inicio fue "ensayar" una tipología con las premisas que se consideran en esa arquitectura "basada en presupuestos". Descubrí que la clasificación de la arquitectura académica se hace de ordinario a través del componente estilo y que es difícil aplicarla a la arquitectura vernácula. Contestar las preguntas antes mencionadas y otras tantas, despertaron la necesidad de encontrar un punto común entre las dos realidades arquitectónicas (académica y vernácula), lo que resultó en la búsqueda de un modelo de clasificación incluyente, válido para todos los objetos pertenecientes a ese universo.

De alguna manera la arquitectura siempre se ha clasificado. Como divisiones generales se habla de arquitectura prehistórica e histórica, de académica y vernácula. Los modelos de clasificación que se utilizan son tomados de otras disciplinas como la filosofía, la biología y la semiótica, entre otras.

Vitruvio en su texto, De Architectura (s. I a.C), habla de dos tipos de arquitectura, la del dominante y el dominado, y de una clasificación del objeto a partir de cuatro órdenes. En 1452 aparece De Re Aedificatoria escrita por León Battista Alberti, quien retoma las posturas de Vitruvio y agrega el orden compuesto. Más tarde Sebastiano Serlio incluye en su tratado una gráfica con los cinco órdenes: toscano, dórico, jónico, corintio y compuesto, colocados de acuerdo a características cronológicas y formales. En 1856 Owen Jones publica The Grammar of Ornament y así se oficializa la catalogación de la arquitectura a partir de localización geográfica y grupos culturales y la relación de los adjetivos resultantes con el estilo. La idea de clasificación arquitectónica que Viollet-le-Duc plantea en Histoire de la habitation humaine de 1875, sigue los principios de Jones, al igual que Úrsula Hatje, Enrique de Anda y Jan Cejka, todos tratadistas pertenecientes a la segunda mitad del S. XX. Así es común encontrar en los textos de estos autores objetos clasificados como arquitectura griega, romana, gótica, del mundo maya, estilo Río Bec, moderna y posmoderna, por mencionar algunos ejemplos. Esta manera de clasificar la arquitectura excluye gran parte de los objetos pertenecientes a la disciplina, sobre todo los considerados vernáculos. Los estudios más difundidos sobre arquitectura vernácula como los escritos por Bernard Rudofsky Amos Rapoport, Paúl Oliver, entre otros, establecen clasificaciones a partir de las premisas oficializadas por Jones, es decir, se clasifica la arquitectura vernácula con las propuestas de la académica, resultando una clasificación fragmentada.

Una propuesta más asertiva es la que se refiere a la clasificación a partir de priorizar uno de los seis componentes. Como parte de esta tendencia se pueden mencionar a Gotfried Semper, Paúl Frankl, Edward de Zurko, Sigfried Giedion, Bruno Zevi, Norman Sandaker y Petter Eggen, Christian Norberg- Schulz, entre otros.

Por ejemplo, Edward de Zurko, en su texto La teoría delfuncionalismo en laarqui tec tura (1970), establece que la función puede ser objetiva y subjetiva; en The structural basis of architecture (1992), Sandaker y Eggen proponen una clasificación de los objetos arquitectónicos según la estructura, a partir de elementos como la viga, la columna, el marco, el arco, el cable y las membranas. A su vez, Sigfried Giedion, con su texto La arquitectura, fenómeno de transición (1975), plantea tres concepciones del componente espacio. La primera es el espacio exterior, protagonizada por la arquitectura griega, la segunda es el espacio interior, la cual alcanza su punto máximo en las cúpulas romanas y la tercera concepción es el espacio exterior-interior representada por la arquitectura moderna y sus muros "acristalados".

Los componentes básicos de la arquitectura, forma, ornato, estructura, función, espacio y estilo, son condición de todos los objetos, académicos y vernáculos. La clasificación que se hace a partir de un solo componente, sin tomar en cuenta los cinco restantes, no es equivocada, es parcial. Una vez que los obj etos producidos por arquitectos empíricos sean considerados dentro del universo de la disciplina se podrá tener una perspectiva más cercana de la realidad arquitectónica y con ello el surgimiento de herramientas que permitan soluciones relacionadas con quien usa y habita el objeto. La propuesta de un modelo para la clasificación arquitectónica basado en la consideración de los seis componentes, se hace necesaria.

El artículo se divide en seis partes: primero se analiza la clasificación como herramienta civilizadora con el fin de ubicarla como uno de los procesos mentales del hombre. Posteriormente se revisa la clasificación arquitectónica académica y vernácula con el propósito de establecer las premisas de un modelo de clasificación que incluya todos los objetos arquitectónicos. Por último, se incluye una breve explicación del modelo de clasificación arquitectónica propuesto en la tesis doctoral y se muestra su aplicación en dos objetos de estudio, se presentan las conclusiones y se enuncia la bibliografía de apoyo.

 

LA CLASIFICACIÓN COMO HERRAMIENTA CIVILIZADORA

Donde se descubre a la clasificación como un proceso cotidiano y se evidencia la necesidad de trabajar en la propuesta de un modelo de clasificación para la arquitectura que utilice su propio lenguaje.

Con frecuencia se dice que el hombre tiende a clasificar. Los textos especializados, los que lo explican, advierten que él se interesó primero en la realidad exterior, ya que sus necesidades inmediatas dependen del ambiente físico. Así, su adaptación a las condiciones del mundo que le rodea es necesaria para poder sobrevivir. Cassirer define al hombre como un ser en constante búsqueda de sí mismo, «que en todo momento de su existencia tiene que examinar y hacer escrutinio de las condiciones de la misma. En este escrutinio, en esta actividad crítica respecto a la vida humana radica el valor de esta vida».2 Se puede decir entonces que el hombre utiliza la clasificación para organizar lo que desea "conocer". La preocupación del hombre actual sigue siendo comprender el mundo que lo rodea, trabaja en la creación de herramientas que le permitan tener control sobre las cosas que ahí suceden, la clasificación sigue siendo el primer paso; clasificar significa organizar las cosas en grupos.

"Visitar" el supermercado es una de las actividades más comunes, los artículos que ahí se venden están organizados para facilitar su localización, las secciones se organizan de acuerdo a las características de cada producto, los que son parecidos por lo regular se encuentran juntos. La necesidad de "cierta" temperatura para la conservación de algunos alimentos es tal vez el punto de partida para la formación de grupos.

Hechas las compras es necesario acomodarlas en los diferentes muebles de la cocina, así se separan los alimentos que no necesitan refrigeración como los cereales, las bolsas de arroz y frijol, las latas de atún, el pan, la fruta, entre otras; los alimentos que necesitan refrigeración se colocan en el "frigo", hasta aquí existen tres grupos generales: el de la alacena, el del frutero y el del refrigerador. El refrigerador a su vez organiza los productos según las necesidades de enfriamiento; los más ordinarios están divididos en dos partes, en la superior se colocan la carne, los cubos de hielo y los botes con helado. En la parte inferior las divisiones son tres, hay acrílicos que simulan parrillas, cajones, un recipiente para huevos y la puerta con compartimentos; generalmente los cajones se utilizan para colocar la verdura, las carnes frías y los quesos; en la puerta se ubican las mermeladas, la mayonesa, la salsa, la salsa inglesa, la de soya, cervezas, vino; en las "parrillas" se sitúan recipientes con comida, tortillas, entre otras cosas.

En una biblioteca, los libros son clasificados por materia y si los grupos se organizan de acuerdo al autor el orden alfabético es determinante. Puede haber textos de consulta general y otros para consultas especializadas. Como parte de los esfuerzos por la conservación del medio ambiente, la basura también se clasifica de acuerdo a las características del material. Así, en algunos "campus" universitarios se encuentran botes para el aluminio, para el plástico y uno más para los materiales biodegradables u orgánicos; un "pepenador" separa la basura y eso se convierte en su "modus vivendi". En la vida cotidiana los procesos de organización se dan en todos los ámbitos.

Marc Bloch en su Introducción a la historia, en el capítulo "el análisis histórico", apunta la necesidad de una nomenclatura para la disciplina, «Nuestra ciencia no dispone, como las matemáticas o la química, de un sistema de símbolos aparte de todo idioma nacional», señalando que la historia obtiene la mayor parte de su vocabulario en uso de las materias que analiza, vincula la clasificación con la nomenclatura y determina que es a la investigación a quien le corresponde «introducir en sus distinciones una exactitud y una finura cada vez mayores». 3

Los géneros literarios representan el modelo de clasificación utilizado en literatura. Desde Aristóteles y Platón se distinguen tres grandes géneros: épico, lírico y dramático. Éstos a su vez se dividen en subgéneros, así en el género épico se encuentran la epopeya, la novela, el cuento, la leyenda, etcétera; la elegía, el himno, la oda, el soneto, las máximas y los epigramas son subgéneros representativos del lírico. Por último, dentro del género dramático aparecen la tragedia, la comedia, la tragicomedia, el drama, el melodrama, la farsa, la zarzuela, la opera, etcétera.

Los elementos de la música son el ritmo, melodía, armonía, contrapunto, timbre, forma y estilo. Se habla de música clásica, barroca, contemporánea, popular, comercial, cinematográfica, ambiental, folklórica, de danza, sinfonía, opera, entre otras. La danza se puede dividir en tres grandes grupos: la religiosa, la recreacional y la espectacular. En la danza espectacular se habla de tres tipos: la folklórica, el ballet y la contemporánea. También se mencionan la danza narrativa y la danza abstracta que adquieren el nombre de acuerdo al tema a tratar. En los ejemplos citados el modelo de clasificación no es evidente.

La química es una ciencia "dura", su modelo de clasificación es claro y la tabla periódica de los elementos, contundente. En cualquier texto de química básica se establece que el mundo está formado por diferentes sustancias que pueden presentarse en estado sólido, líquido o gaseoso. En la actualidad se conocen 105 elementos que pueden dividirse en metales, no metales y gases nobles; en "la tabla" están señalados y clasificados todos los elementos que conforman el universo. Además del nombre, los químicos utilizan símbolos que les permiten "escribir" elementos, fórmulas de sustancias químicas y ecuaciones. Los símbolos explican las relaciones que existen entre los elementos de manera precisa y condensada; siempre se representan de la misma manera sin diferencia entre un idioma u otro, permitiendo con esto una constante comunicación de los avances logrados en cualquier parte del mundo.

Después de las "hallazgos" descritos en párrafos anteriores, y al no poder establecer una correspondencia directa con lo hecho en la arquitectura, se pensó que tal vez el modelo más utilizado en las ciencias humanísticas sería el que clasifica la vida.

Para una mejor comprensión de dicho modelo es conveniente recordar algunos aspectos generales de la lógica aristotélica, como el referido a las categorías. Aristóteles, filósofo griego que nació en Estagira, antigua ciudad de Macedonia, a finales de 384 a.de C, estableció diez categorías: la sustancia, la cantidad, la cualidad, la relación, el lugar, el tiempo, la acción, la pasión, la posición y el hábito. Para entender las categorías el filósofo explica el concepto y la definición, «El concepto es el qué de una cosa...Todos los conceptos se extienden por la abstracción y pueden ser más o menos generales. El concepto de hombre es menos general que el concepto de animal, pues este último se aplica a más seres que a los hombres; posee mayor generalidad, un concepto que es más general respecto de otro se llama género; el menos general se designa especie. El concepto hombre es una especie de animal, pero, a su vez, es un género respecto de ateniense, espartano, macedonio, etc.»4. Las categorías son conceptos generales que no aparecen como especies de otros conceptos. La definición utiliza el género próximo y la diferencia específica.

Con frecuencia se utiliza, para la explicación de los tratados de la lógica de Aristóteles, el texto de Introducción a las Categorías o Isagoge, escrito por Porfirio (232-304), discípulo destacado de Plotino. Porfirio apunta en la introducción de su tratado que «quiere hacer comprensibles las categorías aristotélicas y, al propio tiempo, aleccionar en la doctrina de la definición, de la división y de la prueba, de tan necesitada urgencia en la vida intelectual»5. Relacionado con la clasificación señala que ésta consiste en describir las especies de un género y puede ser dicotómica, tricotómica, tetratómica, etcétera, de acuerdo al número de especies. A partir del texto de la Isagoge, se construye "el árbol de Porfirio", el cual se basa en una clasificación dicotómica que va del género de sustancia a las especies y los individuos. Lo anterior brinda las bases para poder distinguir, ordenar y clasificar los conceptos almacenados en la mente. Las clasificaciones de los animales y las plantas tienen su antecedente en la lógica de Aristóteles6.

Los científicos clasifican los organismos tomando en cuenta sus similitudes o diferencias; uno de los sistemas de clasificación más aceptados es la división de los organismos en cinco grupos principales llamados reinos: el animal, el de las plantas, el de los hongos, el reino protista y el reino monera. Algunos organismos no tienen todas las características del reino al que pertenecen, los organismos son situados en el grupo con el que comparten el mayor número de características.

Existe tanta variedad en los seres vivos que los científicos han tenido que hacer subdivisiones dentro de los reinos, formando pequeños grupos denominados subreinos cuyos miembros tienen relaciones más directas o cercanas. Los organismos que pertenecen a un mismo subreino tienen muchas más semejanzas que seres situados en el mismo reino pero pertenecientes a subreinos distintos. El subreino, a su vez, se divide en grupos llamados clases, cada clase en órdenes, y cada orden en familias.

Un organismo puede tener muchos nombres comunes para evitar confusión en la identificación de los mismos. Los investigadores utilizan un sistema en el cual todos los organismos tienen nombres científicos. El sistema de nomenclatura utilizado en la actualidad fue propuesto por el naturalista Carlous Linnaeus, quien dio a cada organismo conocido un nombre dividido en dos partes. La primera parte es el nombre del género y la segunda el nombre de la especie.

Si se intentara trasladar el modelo de organización de los seres vivos al campo de la arquitectura, el esquema quedaría de la siguiente manera: dentro del reino estarían todos los objetos arquitectónicos, como subreinos se considerarían la arquitectura prehistórica e histórica, como clases, académica y vernácula y como órdenes, rural, urbana, griega, islámica, latinoamericana, europea, entre otras. Establecer familias y especies resultaría difícil, en lo que se refiere al género es común relacionarlo con el uso del edificio, así se habla de habitacional, comercial y de servicios. Aplicar este modelo de clasificación a la arquitectura es complicado dado que no se trata de una ciencia exacta, sino que pertenece al campo de las humanidades.

Ha habido intentos por comprender la arquitectura desde otras disciplinas humanísticas. Umberto Eco en su texto La estructura ausente, introducción a la semiótica, en la sección C: "la función y el signo", apunta que si se considera el supuesto de que la cultura es ante todo comunicación, es decir, que los fenómenos culturales son sistemas de signos, entonces el estudio de la arquitectura puede hacerse desde la semiótica, admitiendo que es en la arquitectura donde la semiótica encuentra mayores dificultades. Esto se debe a que en apariencia, los objetos arquitectónicos funcionan, no comunican o al menos no fueron hechos con la intención de comunicar. Sin embargo, explica el autor, las funciones que hacen posible la utilización de la arquitectura: pasar, pararse, entrar, salir, subir, etcétera, tienen «significados vinculados a ellas, que me predisponen para el uso funcional»7. Cita como ejemplo la bóveda, tal vez no se advierta su funcionalidad, pero se conoce su validez comunicativa, que puede ser la impresión de cobijo.

Al ser la arquitectura un fenómeno cultural, cabe la posibilidad de ser pensada como un sistema de signos; al hablar de sistema semiótico se habla de códigos. Eco clasifica los códigos arquitectónicos en sintácticos y semánticos, siendo estos últimos los que explica de manera más detallada; los divide en dos grupos, articulación de elementos arquitectónicos y articulación de géneros tipológicos. Dentro del grupo articulación de elementos arquitectónicos se encuentran los elementos que denotan funciones primarias como techo, cúpula, terrado, escalera, ventana, entre otros; entre los elementos que connotan funciones secundarias "simbólicas" aparecen metopa, frontón y tímpano; los elementos que denotan "carácter distributivo" y que connotan ideologías del modo de vivir como aula común, zona de día y de noche, sala de estar, comedor; mientras que en el grupo articulación de géneros tipológicos se encuentran los tipos sociales como hospital, villa, escuela, castillo, palacio, estación, entre otros, y los tipos espaciales como templo de planta circular, de cruz griega, planta abierta y laberinto.

Por su parte, Renato de Fusco, en su libro La arquitectura como "mass médium". Propone una semiología para el estudio de la disciplina. Como principio ofrece considerar la arquitectura entre los mass media, es decir, como uno de los medios de comunicación de masas. Para tal efecto, explica, habrán de sucederse tres premisas «1) La extensión de los caracteres sociológicos de los mass media a la arquitectura. 2) El reconocimiento del valor comunicativo del sistema de signos arquitectónicos 3) La necesidad de estudiar la arquitectura en el plano de la artisticidad que informa cualitativamente a toda actividad operativa».8 Cita a Saussure para definir la semiología como «una ciencia que estudia la vida de los signos en el seno de la vida social y como consecuencia, de la psicología general...». Advierte que no le interesa el estructuralismo, sino la lingüística estructural.

Por último, Christian Norberg-Schulz, en su texto Intenciones en arquitectura, aconseja estudiar la arquitectura como una totalidad así como entenderla desde una teoría psicológica de la percepción. Critica la clasificación de los objetos arquitectónicos que tomen como punto de partida sólo aspectos funcionales como es la que diferencia entre edificios monumentales, industriales y de viviendas; propone una teoría integral con bases semióticas, «el esquema semiótico ha de rellenarse con conceptos adaptados al campo que estamos tratando...».9

Los resultados de entender la arquitectura, de organizar los elementos que la componen utilizando modelos pensados desde otras ciencias, en este caso la semiótica, no son equivocados, sin duda facilitan la comprensión del objeto arquitectónico; sin embargo, es sólo una parte de él.

En disciplinas como la biología, la química o la matemática, la clasificación no es el problema fundamental, lo que les preocupa es la relación causa-efecto. El primer paso ya lo dieron al organizar los objetos pertenecientes a cada una de sus disciplinas. En los ejemplos analizados en párrafos anteriores aparecen palabras como tipo, clase, género, entre otras, que están relacionadas con el modelo que clasifica la vida. Ahí se va de lo general a lo particular y se identifica a cada uno de los seres vivos con un nombre compuesto por dos palabras, que es válido para las ciencias "exactas" pero de difícil aplicación para las humanísticas, donde queda incluida la arquitectura. De una u otra forma los objetos arquitectónicos han sido clasificados desde siempre, se habla de arquitectura histórica y prehistórica, de académica y de vernácula; de arquitectura griega, de la edad media, moderna, minimalista, europea, latinoamericana, contemporánea, entre otros adjetivos. Sin embargo, lo que se necesita es trabajar en una propuesta de clasificación arquitectónica que parta de sus propias concepciones, utilizando un mismo lenguaje; un modelo de clasificación ayudaría en la comprensión de la arquitectura. Hay que comenzar por el principio.

 

LA CLASIFICACIÓN DE LA ARQUITECTURA EN TÉRMINOS GENERALES

Donde se revisan los tratados históricos de la arquitectura hasta el S. XIX y se evidencia que desde siempre, aun como clasificación "inconsciente", el trasfondo de las mismas son los componentes básicos de la arquitectura.

La clasificación se considera cuando es necesario organizar los objetos pertenecientes a un mismo universo, tomando en cuenta particularidades o diferencias. Según el diccionario real de la lengua española, arquitectura "proviene" del latín architectura y ésta a su vez del griego achitekten, compuesta por la raíces arkhos, jefe y tekton, constructor; al final aparece que la palabra arquitectura es un sustantivo femenino que se refiere al arte de proyectar y construir edificios. En cualquier disciplina para "hablar" de clasificación es necesario partir de una definición "amplia"; Ramón Vargas Salguero10 sugiere considerar la "habitabilidad" como referencia indispensable para tener una idea más clara de lo que la arquitectura significa. Para efectos de este documento «arquitectura es todo lo que el hombre habita y produce para su desarrollo y comodidad y surge como una necesidad humana de protección y abrigo».11

La arquitectura forma parte de las herramientas que el hombre fabrica para resolver sus necesidades vitales. Como objeto cultural tiene realidades físicas, históricas y psicológicas, como objeto arquitectónico ha de ser indispensable que cuente con estructura, forma, ornato, función, estilo y espacio como componentes básicos. La forma, el ornato y la estructura son considerados componentes materiales, y la función, el espacio y el estilo componentes inmateriales, «los primeros se vitalizan con los segundos y se elevan de sus usos primarios, los segundos tienen su razón de ser y existen por los primeros».12 La clasificación está directamente relacionada con la definición y características del universo por ordenar. Las características generales de la arquitectura son su consideración como parte de los objetos culturales que el hombre produce y la presencia conjunta de los seis componentes básicos.

Vitruvio, Alberti, Owen Jones y Viollet-le-Duc conforman el grupo de tratadistas a estudiar en este apartado. Entre los tratados de Vitruvio y Alberti se suceden 1400 años; Owenjones y Viollet-le-Duc son contemporáneos. Entre Alberti y Jones transcurren más de 300 años. En el tiempo ocurrido entre un tratadista y otro, la mayoría de los teóricos señalan los estudios de Sebastiano Serlio, Giaccomo Barozzi da Vignola, Andrea Palladio y Vincenzo Scamozzi, John Ruskin, Gottfried Semper, por mencionar algunos; los tratadistas seleccionados son aquellos que propusieran clasificaciones arquitectónicas desde diferentes perspectivas.

Marco Lucio Vitruvio Polión, arquitecto romano, es considerado el primer tratadista de la arquitectura; su texto De architectura (primer cuarto del siglo I a.C.), está divido en diez libros, de ahí el "famoso" título Los diez libros de arquitectura; el tratado se lo dedica al emperador (se cree que fue Augusto) con el fin de proporcionarle «...normas muy concretas para que, después de examinarlas, seas capaz por ti mismo de conocerla categoría de las construcciones ya realizadas y las que se realizarán...»13. Las categorías de los edificios a las que el autor hace referencia son público y privado, estableciendo asi una primera clasificación.

Desde el inicio, Vitruvio apunta «Una vez realizadas las divisiones y direcciones de las calles y situadas correctamente las plazas, deben elegirse las superficies de utilidad colectiva de la ciudad, teniendo en cuenta la situación más favorable para ubicar los santuarios, el foro y demás edificios públicos» (L. I, Cap.7o) . En ese mismo capitulo el autor retoma los textos "arúspices etruscos", donde se define la localización de los templos de Venus, Vulcano y Marte, todos fuera de las murallas, «para que los placeres de Venus no sean practicados en la ciudad ni por los jóvenes ni por las madres de familia».

Una tercera clasificación general se origina a partir del "status" social y otra más cuando se habla de construcciones urbanas y rústicas. En el capítulo segundo del libro III, Vitruvio establece las principales estructuras de los templos: in antis (en antas), próstilo, anfipróstilo, períptero, pseudopertptero, díptero y pseudodíptero. El autor advierte cinco clases de templos, picnóstilo, diástilo, éustilo, sístilo y areóstilo, tomando como referencia la distancia entre los intercolumnios. Vitruvio también organiza los objetos arquitectónicos a partir del número de columnas que sostienen el pórtico, así cuando sean cuatro se llamará tetrástilo, hexástilo si son seis, octástilo cuando sean ocho, si son diez será decástilo y si son doce, dodecástilo.

La clasificación más contundente, vigente en la actualidad, es la que se da a partir de los órdenes arquitectónicos. «Al haber observado, ¡OH Emperador!, que muchos autores nos han legado unas normas de arquitectura y unos volúmenes desordenados y apenas esbozados de comentarios, como si fueran partículas errantes, he pensado que era conveniente y muy práctico reconducir previamente todo el conjunto de estas enseñanzas a una regulación definitiva y, a la vez, desarrollar las propiedades formuladas de cada uno de los distintos órdenes...» (L.III,Cap.3°).

¿Qué se entiende por orden arquitectónico? «un orden es la unidad de columna y super estructura de la columnata de un templo...».14 A partir de las características de las columnas surgen los términos: dórico, jónico y corintio, los nombres provienen de distintos grupos culturales. Cierto es que existen especificaciones para cada una de las partes de la columna, así como los "adornos" en el friso, sin embargo, las diferencias más evidentes entre los órdenes se dan a partir de las características del capitel.

Vitruvio es considerado el primer tratadista de la arquitectura, en su texto se "leen" al menos tres clasificaciones generales, habla de edificios públicos y privados, civiles y religiosos, rústicos y urbanos y de las características y requerimientos de la vivienda según el estrato social; establece cinco clases de templos, además de organizarlos de acuerdo al intercolumnio, y al número de columnas en el pórtico; explica detalladamente los órdenes dórico, jónico y corintio, menciona el orden toscano, pero no aparece como capítulo de ninguno de los libros que conforman el texto; los órdenes son su propuesta de clasificación más decisiva. Se sabe que Vitruvio establece como características de la arquitectura la belleza, utilidad y firmeza, de ahí que los componentes implícitos que "maneja" en su tratado son la estructura, la forma y el ornato, la función y el estilo.

En la primera mitad del siglo XV, León Battista Alberti escribe De Re Aedificatoria, basándose en el texto de Vitruvio. Uno y otro están divididos en diez libros o capítulos, la distancia temporal entre ambos tratados es de aproximadamente 1.400 años. El texto es presentado al papa Nicolás V en el año 1452, y se publica por primera vez en 1485, trece años después de la muerte del autor. El tratado de Alberti influyó notablemente en la teoría arquitectónica posterior; a decir de Summerson, a pesar de todo De Re Aedificatoria15 «es una obra muy original que formula los principios de la arquitectura a la luz de la propia filosofía del autor y de sus análisis de los edificios romanos... Fue él quien añadió, a partir de estas observaciones, un quinto orden, el compuesto...».16

Casi de todos es conocido que Vitruvio establece como características fundamentales del objeto arquitectónico la firmeza, la utilidad y la belleza. Alberti basa su sistema universal o niveles esenciales de la arquitectura en: necessitas, comoditas y voluptas, derivadas de la tercia vitruviana.

En los libros I, II y III, el autor desarrolla "la necesidad", que explica como una teoría general de la construcción y la relación de ésta con los materiales y la forma; en los libros IV y V establece el segundo nivel, "la comodidad", relacionándola con los diferentes usos de los edificios diferenciando lo público de lo privado; lo placentero o tercer nivel se desarrolla en los libros VI, VII, VIII y IX, en donde los conceptos de belleza y ornamento son las bases de las explicaciones en esta parte del documento. Por último, el libro X no tiene relación con los anteriores, entre otros temas se establecen apuntes de restauración para edificios.

En el libro VIII, "la ornamentación de los edificios religiosos", se abordan los capiteles, se explica el dórico, el jónico y el corintio y después el autor apunta: «Los itálicos incorporaron a sus capiteles cuantos ornamentos hay en los demás; en efecto, en ellos existen los mismos criterios sobre el vaso, el abaco, las hojas y la flor que en los capiteles corintios; pero en lugar de cuallculos, tienen cuatro volutas, que se alzan una bajo cada una de las esquinas del abaco y que tiene una altura de dos módulos completos...» (L.VIII, Cap.8o).

En su tratado, Alberti establece divisiones generales a partir de usos y funciones de los objetos. Al igual que Vitruvio, clasifica la arquitectura a partir de los órdenes, los componentes implícitos que se consideran son la función, la estructura, el ornato, pero sobre todo la forma. Para cada tipo de construcción propone formas específicas, por ejemplo, considera que el círculo por ser perfecto debería ser utilizado sólo en edificios de carácter religioso. Sin embargo, haber "agregado" el orden compuesto a los ya conocidos, es la razón fundamental por la que De Re Aedificatoria forma parte de este apartado.

The grammar of ornament17 fue escrito por Owen Jones en el año 1856, como consecuencia de la traslación del Palacio de Cristal, donde se llevó a cabo la primera exposición internacional en el año 1851, a Sydeham en el sur de Londres. La participación de Jones en el evento fue la elaboración de maquetas que representaran los estilos arquitectónicos hasta entonces conocidos. Una vez trasladado, el edificio sede se convirtió en un museo de arquitectura donde cada uno de los patios reproducían un estilo arquitectónico diferente, desde el egipcio hasta el isabelino.

El texto se compone de un prefacio, donde el autor aclara que el propósito de formar la colección que le dio nombre a la publicación, fue seleccionar los tipos ornamentales más representativos en cada uno de los estilos, para evidenciar la existencia de leyes generales dictadas desde la naturaleza más allá de las formas particulares de cada periodo arquitectónico. Cita también 37 proposiciones para el diseño de la forma y el color en la arquitectura y las artes decorativas. A partir de ahí Jones divide el texto en 20 capítulos, cada uno representa un determinado estilo ornamental: tribus salvajes de las polinesias y melanesias, egipcio, asirio y de persépolis, griego, pompeyano, romano, bizantino, árabe, turco, morisco, persa, indú, indú preislámico, chino, celta, medieval, renacentista, isabelino, italiano y hojas y flores de la naturaleza, además "...cien láminas litográficas coloreadas con 2 mil 168 ejemplos"18. Cada capítulo comienza con la descripción de las láminas que ahí aparecen y continúa con una explicación del estilo.

Con la estructura de La gramática en el Ornamento, Owen Jones oficializa la catalogación a partir de grupos culturales y localización geográfica a los que califica de estilos, y establece una correspondencia directa entre cada uno de ellos; en su discurso quedan abordados superficialmente componentes básicos como el ornato, el estilo y la forma.

Histoire de L'habitation humaine. Depuis les temps préhistoriques jusqu'a nous jours fue escrita por Eugene Viollet- le- Duc, en 1875. Es una de las últimas obras del autor, quien es considerado "el padre de la critica racionalista". Mostró gran interés en la relación técnica-arte, pugnaba porque los arquitectos tuvieran una postura critica con respecto a los sistemas constructivos, para él la expresión arquitectónica debía basarse en la técnica. La manera en la que Viollet le -Duc explica la historia de la habitación humana tiene su antecedente en lo expuesto previamente por Owen Jones en el Palacio de Cristal.

En el prólogo del texto, el autor dice que «Dos personajes -Doxi y Espergos- están sentados sobre una pronunciada cumbre, pensativos contemplan el inmenso paisaje que se extiende ante ellos, lagos de formas irregulares rodeados de frondosa vegetación y rocas de diferentes tamaños, en el horizonte una cadena de montañas; contemplando el paisaje estos personajes notan unos seres que no son iguales a lo que están acostumbrados a ver, son inquietos y se agrupan, están armados con ramas de árboles; Doxi y Espergos observan cómo "esos seres" se ponen de acuerdo para combatir a un gigantesco oso, al percatarse lo diferente que son al resto de los animales deciden "descender" ».19

En el primer capítulo, "¿Son hombres?", los personajes descienden y uno de ellos enseña a esos "seres diferentes" cómo construir su casa, «Espergos, un personaje recién llegado que se refugia con ellos de la tormenta, cuando llega la mañana, viendo que el vendaval ha pasado pero que no cesa de caer una lluvia fina y espesa...sale y escoge dos árboles jóvenes a pocos pasos uno del otro. Subiéndose a uno de ellos, consigue que se curve con el peso de su cuerpo y, con ayuda de una vara ganchuda, atrae la copa del otro y después de acercar mutuamente las ramas de los árboles las ata con juncos...»20. De esta manera, queda explicada la hipótesis que el autor sostiene con respecto a la arquitectura de la prehistoria.

A partir de aquí los nombres de los capítulos hacen referencia a grupos culturales, localizaciones geográficas y épocas determinadas, que son las bases de la clasificación propuesta por Viollet-le-Duc. Dentro del grupo cultural se encuentran "los arios" ,"los amarillos", "los emigrantes arios", "la habitación egipcia bajo las tres primeras dinastías", "los semitas pastores y sedentarios", "los asirios", "los pelasgos", "los jonios asiáticos, los carios y los litios", "los helenos", "los romanos", "los nahuas y los toltecas", "los escandinavos", "las Galias bajo los Merivingios y los Cariovingios" y "los árabes". A localización geográfica corresponden los capítulos "con los arios del Alto Indus", "en el desierto del Asia central", "el delta del Nilo", "primeras construcciones del Alta Media", "la Siria septentrional", "la India Búdica", "viaje a través del extremo oriente". Por último, dentro de las épocas determinadas están "las grandes etapas", "la época feudal" y "el Renacimiento en Europa". En los apartados del grupo cultural se considera para su explicación la manera de construir de cada "pueblo".

En los pertenecientes a localización geográfica se toma en cuenta el cómo las características del lugar condicionan el objeto arquitectónico; y en "épocas determinadas" se enfatizan los rasgos de cada etapa.

En el texto original, los personajes fantásticos, Doxi y Espergos, viajan a través del espacio-tiempo y aparecen en todos los apartados. Sin embargo, no son importantes para el objetivo del ensayo, se mencionan en párrafos anteriores ya que pueden ser válidos para la explicación de un periodo arquitectónico donde no existe evidencia material que permita apoyar una teoría. En todos los capítulos de Histoire de Ehabitation humaine, el autor explica la distribución de las áreas que conforman la vivienda, apoyando las descripciones con esquemas. Viollet-le-Duc clasifica la arquitectura tomando en cuenta aspectos culturales y de lugar, los componentes que se consideran son la función, la forma, el ornato, la estructura y en un menor grado el espacio.

Para iniciar el análisis de la clasificación de la arquitectura se consideraron textos representativos de la teoría arquitectónica hasta el S.XIX, en donde se reflejaran propuestas de clasificación, aunque la intención del documento no fuera esa. En los textos de Vitruvio y Alberti, los objetos arquitectónicos se clasifican a partir de los órdenes dórico, jónico, corintio y compuesto. Owen Jones y Voillet-le-Duc consideran aspectos culturales y de localización geográfica para la formación de grupos y los nombres o adjetivos resultantes se relacionan con el estilo. Se puede concluir entonces, que la clasificación de la arquitectura en general ha sido: homónima, cultural, temporal, geográfica, entre otros, ratificando que en cuanto a clasificación la arquitectura "vive del préstamo", por lo que se consideró necesario desarrollar una herramienta que tomara como punto de partida los componentes básicos de la arquitectura, ya que aunque algunos de ellos como la función, la forma, la estructura y el ornato son considerados (inconscientemente) en los tratados analizados, no constituyeron la base de la propuesta de clasificación.

 

LA CLASIFICACIÓN DE LA ARQUITECTURA ACADÉMICA

Donde se revisan los tratados históricos de la arquitectura hasta el S.XX y se descubre que la clasificación de la arquitectura que se hace a partir de un sólo componente, sin tomar en cuenta los cinco restantes, no es equivocada, es parcial.

Dentro de lo académico, cuando se habla de clasificación arquitectónica surgen palabras como: gótica, clásica, manierista, moderna, posmoderna, entre otras. Todas adjetivan la arquitectura, estableciendo asi una relación directa con el componente estilo. Sin embargo, los tratadistas no sólo han organizado los objetos arquitectónicos a través de este componente, con menos frecuencia también se han establecido clasificaciones desde la perspectiva de la función, estructura, ornato, forma y espacio. De estos últimos un ejemplo:

Paúl Frankl, arquitecto y teórico alemán, nació en 1879; en 1912 empieza a escribir el texto titulado Die Entwicklungsphasen der neuren Baukunst (Principios fundamentales de la historia de la arquitectura) y lo publica en 1914. La versión castellana corre a cargo de Herminia Dauer. Su labor docente en la Universidad de Halle la inicia en 1921. A partir de 1940 trabaja como investigador en el Institute for Advanced Study, en Princeton, donde muere en 1962, a los 83 años de edad. Otros trabajos del autor son: Die frühmittelalterliche und romanische Baukunst en 1926, Das System der Kunstwissenschaft en 1938, The Gothic: Literary Sources and Interpretations through eight centuries en 1960 y Gothic Architecture en 1962.

Para explicar la evolución de las correspondencias espaciales, Paúl Frankl propone una clasificación temporal partiendo de cuatro fases históricas: 1420 - 1550; 1550 - 1700; el siglo XVIII y el siglo XIX. La "adición" y la "división" son los conceptos utilizados por el autor para diferenciar cada una de las fases que constituyen la base de su propuesta de clasificación. Los ejemplos que se utilizan son tomados de la arquitectura europea.

El texto se estructura en cinco capítulos. En el primero, "Fases evolutivas de la forma espacial", se analizan diferentes esquemas formales; en el segundo, "Fases evolutivas de la forma corpórea", aparecen los órdenes clásicos y el autor explica variaciones y composiciones a partir de los elementos que constituyen el objeto arquitectónico; en el tercero, "Fases evolutivas de la forma visible", se habla de la percepción espacial a partir de la forma y de las propiedades visuales de la arquitectura posmedieval; en el cuarto capítulo, "Fases evolutivas de la intención del propósito", se aborda la forma espacial (propósito) y las diferentes percepciones que se tienen del objeto de acuerdo a los conceptos de adición o división que estén presentes. Se mencionan las personalidades de los edificios en cada una de las fases como la libre, la constreñida y la falta de personalidad, resumiendo que en la percepción espacial siempre hay una intención. Por último, en "Características comunes y distintivas de las cuatro fases", el autor define las cuatro fases y establece la diferencia entre ellas a partir de pares de polos opuestos. Dentro de cada una de las fases históricas, Frankl genera subdivisiones que varían de un capítulo a otro, de ahí que su modelo de organización resulte ambiguo y complejo.

A partir del título Principios fundamentales de la historia de la arquitectura se evidencia el intento de clasificación por parte del autor, la idea de organizar los objetos siempre es el primer paso; sin embargo, la propuesta de Frankl es limitada ya que sólo puede ser aplicada a ciertos objetos del universo arquitectónico; los componentes que utiliza son el espacio, la forma, y en su discurso se "leen" el ornato, la estructura, la función y el estilo. Los aciertos son el acercamiento a la arquitectura a través del binomio forma-espacio, el estudio de las correspondencias espaciales y la percepción espacial.

Úrsula Hatje coordina un grupo de especialistas para el desarrollo de una investigación que tiene como propósito brindar «una visión de conjunto, panorámica y concisa, sobre la evolución de los distintos estilos del arte occidental»21, esfuerzo que se traduce en el texto dividido en dos tomos Knaurs Stilkunde (Historia de los estilos artísticos), publicado en 1973.

Desde la antigüedad hasta el gótico, es el subtítulo de primer tomo escrito por W Fuchs, H. Bott, I. Hutter y W Ciasen. Ahí se apunta que estilo es «...este fenómeno que consiste en que cada época artística posea un lenguaje formal común...»;22es de suponerse que los autores llegan a esta definición después de revisar la que se refiere a estilo como «la letra o modo especial de escribir de un artista, de un grupo, de una región o de todo un pueblo....»23, ya que como se menciona «...todo lo que ha creado la mano del hombre lleva, visiblemente, el sello de la época en que se engendró...»24. El segundo tomo, subtitulado Desde el Renacimiento hasta el tiempo presente, lo escriben H. Biermann, L. Chatelet-Lange y W Hofmann.

En el primer capítulo del tomo I se habla del arte griego, de estilo geométrico (S.X al VIII a. C), del estilo arcaico I, II, III, del arte clásico, preclásico y clásico tardío, de la forma helenística, del arte etrusco, romano y de la época imperial. En cuanto a la arquitectura, se describen edificios representativos de cada una de las culturas, intercalados con objetos escultóricos. Por ejemplo, dentro del arte griego, en el apartado estilo geométrico, aparece... « En la época geométrica encontramos los primeros edificios para el culto., estos templos derivan en género de las viviendas, de las sencillas cabanas rectangulares y del megarón micénico alargado...ambas formas se conservarán a través de toda la antigüedad como templo in antis y templo próstilo...»25. En el arte clásico y preclásico se describe la Acrópolis de Atenas y el Partenón, y en el arte de la época imperial, al Coliseo.

A partir del segundo capítulo del texto o del Arte Paleocristiano, se dispone un apartado para la arquitectura en exclusivo; y se clasifica como: paleocristiana, bizantina, románica, gótica, renacentista, manierista, barroca y la producida en los siglos XIX y XX.

Los autores del texto proponen un modelo de clasificación que parte del estilo en términos generales, respetando un orden cronológico. La arquitectura es considerada un objeto artístico, por lo tanto, su análisis es a partir de principios estéticos. En el penúltimo capítulo del segundo tomo, los períodos estilísticos no son claros, aparecen los materiales de construcción y los diseñadores como protagonistas. Los componentes mencionados son el estilo, el ornato, la forma y la estructura, y veladamente la función (cuando se habla de los usos de los edificios). Todos los ejemplos citados en el texto pertenecen a la arquitectura de excepción, por lo que el modelo de clasificación arquitectónica propuesto por Hatje y su equipo de investigadores difícilmente podría aplicarse a la arquitectura producida de ordinario, la vernácula, es decir, la no académica.

Enrique de Anda es arquitecto, mexicano, egresado de la Facultad de Arquitectura de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México). En 1995 publica Historia de la arquitectura mexicana como primera edición y, según palabras del autor, el interés surge al darse cuenta que la información que sirve de base para los cursos de historia estaba concentrada en tres textos principales sin que existiera una visión global que ayudara al estudiante a entender mejor el proceso de evolución arquitectónica del país.

El libro es dividido en cuatro partes. En la primera el autor habla del período prehispánico, es decir, de la arquitectura que se desarrolla antes de la conquista. La arquitectura en el México prehispánico se subdivide en cuatro apartados: el altiplano mexicano, la arquitectura del mundo maya, la arquitectura de la región de Oaxaca y la arquitectura de la costa del Golfo de México. La subdivisión se realiza tomando en cuenta el lugar y la cultura. En la segunda parte del texto se aborda la arquitectura del Virreinato, representado por los conventos. Se habla del manierismo europeo como el modelo a seguir por los constructores novohispanos de la época; también de modelos arquitectónicos religiosos del siglo XVII, de conventos para mujeres, de las catedrales, de la arquitectura barroca, de palacios del siglo XVIII, colegios y otros edificios civiles.

En La arquitectura del academicismo, título de la tercera parte, el autor explica que las construcciones eclesiásticas tan características del Virreinato fueron reemplazadas por fábricas, almacenes, escuelas, viviendas, entre otros. Este capítulo es subdividido en cuatro apartados. En el primero se explican los fundamentos de la academia y los otros tres corresponden a los períodos de su duración: el neoclásico en el virreinato (1783-1810), el academicismo republicano (1811-1876) y la arquitectura del porfiriato (18777-1910).

La cuarta y última parte del documento, La arquitectura después de la Revolución mexicana, está constituida por la arquitectura mexicana del siglo XX. Se habla de estilo nacionalista, de arquitectura del periodo vasconcelista, del villagranismo, de art decó, de arquitectura funcionalista (aquí se menciona al arquitecto Juan O'Gorman como simpatizante de esta tendencia), de arquitectura de los años cuarenta, de los cincuenta, de los sesenta, de los setenta, de los ochenta y los primeros años de los noventa y de una nueva modernidad.

Enrique de Anda sigue de cierta manera, los principios establecidos en el texto coordinado por Úrsula Hatje, en tanto que los ejemplos citados pertenecen todos a la arquitectura monumental. Intenta acomodar el estilo en sus objetos o zonas de estudio (estilo Puuc, Palencano, Nacionalista, etcétera). La clasificación propuesta sigue siendo homónima, cultural y geográfica. En el discurso se pueden "leer" principalmente el espacio, el estilo, el ornato y la función, todos tratados superficialmente. El texto es accesible y forma parte de la bibliografía básica de los cursos de historia de la arquitectura en algunas universidades de México. La propuesta de clasificación que se hace es limitada y confusa.

Jan Cejka, arquitecto alemán, es el encargado del curso Fundamentos de Composición, en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Munster. En 1995 publica la primera edición de Tendenzen zeitgenóssischer Architektur (Tendencias de la arquitectura contemporánea), la versión castellana corre a cargo de Karin Standlander. El autor explica que el objetivo del texto es brindar una "guía" a los estudiantes que les permita clasificar los objetos arquitectónicos contemporáneos que se encuentran envueltos en una gran cantidad de corrientes estilísticas y tendencias opuestas entre sí las más de las veces; aclara que los criterios que sirven como punto de partida a la clasificación propuesta son subjetivos. Cejka clasifica la arquitectura contemporánea en cuatro grupos: los romanticismos, la posmodernidad, la continuación de la modernidad y la nueva modernidad. Dentro de los romanticismos se encuentran las tendencias que se inspiran en otras disciplinas como en las ciencias naturales o sociales y no en principios comunes de la arquitectura; la posmodernidad reúne las corrientes que se oponen a los principios de la modernidad, utilizando elementos relacionados con la arquitectura clásica, su máximo exponente es Robert Venturi. El autor establece que dentro de la posmodernidad también se encuentra el Regionalismo. La continuación de la modernidad evoca los orígenes de la misma, se toman como punto de partida las propuestas de Le Corbusier.

El "acierto" de Cejka es plantear que el objetivo del texto es establecer una clasificación de la arquitectura contemporánea, admitiendo que los criterios para la propuesta serán los del propio autor y por lo tanto subjetivos. No cree en el ordenamiento sistemático. La base de la clasificación es el componente estilo, y el diseñador del objeto tiene un papel protagónico, se siguen los principios de clasificación establecidos en el siglo XIX.

Los modelos de clasificación arquitectónica analizados en este ensayo son conscientes, pertenecen al siglo XX y consideran en su propuesta algunos de los componentes básicos de la arquitectura, pero no todos ni en conjunto. La necesidad de organizar los objetos arquitectónicos es evidente. La incorporación del estilo a los procesos de clasificación se establece en el siglo XIX, ninguno de los tratadistas seleccionados, a más de un siglo de distancia, discute esos principios. Es urgente una actitud critica que permita el acercamiento a modelos de clasificación válidos a todos los objetos pertenecientes al universo arquitectónico y no sólo a los producidos desde el academismo.

 

EL CASO DE LA ARQUITECTURA VERNÁCULA

Donde se revisan las clasificaciones propuestas para la arquitectura vernácula y se concluye que existe una clasificación genérica que se refiere, tangencialmente, a algunos de los componentes básicos de la arquitectura.

La primera división que se hace de los objetos arquitectónicos es cuando se separan en vernáculos y académicos. La arquitectura vernácula siempre ha existido, la definición del término aparece en el diccionario como del latín vernaculus, verna = esclavo nacido en casa del dueño. Nativo, propio del país, generalmente aplicado al idioma, dentro de la arquitectura, lo vernáculo es lo nativo de la región, mientras que la arquitectura académica trabaja con presupuestos y está hecha por diseñadores educados en la academia.

Como se evidenció en los últimos dos apartados, intentar clasificar los objetos pertenecientes a la arquitectura vernácula de la misma manera como se ha venido haciendo en la académica es complicado, ya que el modelo de clasificación más usado no parte del universo común a todos los objetos arquitectónicos como lo son la forma, ornato, estructura, función, espacio y estilo. Los análisis reflexivos de la arquitectura vernácula comenzaron por el año 1954, con el trabajo de Sibyl Moholy- Nagy, titulado Native Genius in Anonymus Architecture (Espíritus nativos en la arquitectura anónima). A este estudio siguieron otras investigaciones, de las que destacan los textos de Rudofsky Goldfinger, Rappoport y Oliver. A continuación se revisarán los más determinantes.

En 1964 aparece Architecture without architects26, una exposición fotográfica de Bernard Rudofsky, exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Como parte de la exposición, y en sustitución al catálogo común, se publicó un texto con el mismo nombre y con el subtítulo "Una pequeña introducción a la arquitectura sin pedigree", término que el autor utiliza para designar a la arquitectura no clasificada, y que por tal condición, no es formal. En 1977 Bernard Rudofsky publica The prodigious builders. La primera edición en español aparece en 1984 y la traducción corre a cargo de Stella Mastrangelo. En el texto se continúa el análisis de algunos de los temas abordados en Arquitectura sin arquitectos.

Rudofsky es arquitecto e ingeniero educado en Viena, el objetivo de la mayoría de sus trabajos ha sido la búsqueda del reconocimiento de la "otra arquitectura", la que por estar tan olvidada no tenía un nombre específico; ofrece llamarla "vernácula, anónima, espontánea, indígena o rural, según sea el caso", estableciendo la primera clasificación general.

En Arquitectura sin arquitectos, el autor menciona algunas características de los edificios anónimos como: el trabajo en comunidad, la importancia que tiene el contexto natural y físico, cualidades de durabilidad y versatilidad, así como conceptos y valores transmitidos de generación en generación, es didáctica y utiliza alta tecnología. Aclara que no es su intención establecer una tipología de la arquitectura vernácula, sin embargo, aparecen apartados con títulos como: arquitectura de esqueleto (estructura), nómada, natural, rural, movible (función), esculpida, primitiva, rudimentaria, de sustracción, clásica vernácula (estilo), entre otros.

Constructores prodigiosos se divide en trece capítulos; el tema general del documento es la arquitectura vernácula; en algunos títulos de los apartados se observa un intento de clasificación como es el caso de: arquitectura bruta, arquitectura móvil, depósitos sepulcrales y de granos, fortalezas y homenaje a los paracaidistas.

Con arquitectura bruta, Rudofsky se refiere a los refugios en los árboles, cita como ejemplos las viviendas en algunas zonas tropicales de África y Oceanía, una "taberna arbórea" inaugurada en 1848 en la ciudad de París y las plataformas de los habitantes del río Orinoco; dentro de la arquitectura bruta se menciona la capacidad nata que algunos animales tienen para construir: «....el castor construye presas, el pájaro nidos y la araña telas al primer intento».27

A la arquitectura móvil pertenecen las casas sobre ruedas o trineos y casas flotantes. Como ejemplos se mencionan las chozas sobre ruedas de los habitantes del sur de Rusia, el vagón-restaurante, islas flotantes y casas-trineo construidas sobre esquís más grandes y fuertes que los de un trineo común, y que en algún tiempo fueron comunes en países como Bosnia, Bulgaria y Grecia. Para Rudofsky, el refugio móvil por excelencia es la tienda, explica que los grupos nómadas las agrupan según la forma, el material, el tamaño, el sistema estructural y el uso; el material que se utilizaba era fieltro de pelo de cabra y las pieles cocidas, para las más ostentosas se empleaban telas bordadas, pintadas o lisas. Para el arca de Noé, el autor propone una categoría aparte.

Al autor le preocupa el deterioro y desaparición de los edificios vernáculos como consecuencia del poco interés que existe por parte de la academia hacia la arquitectura anónima. Así lo explica en el capítulo séptimo titulado "El estilo vernáculo en vías de desaparición". En el siguientes apartado, "Apreciación oblicua del estilo vernáculo", Rudofsky señala que la arquitectura campesina no es aceptada del todo, y que el futuro de los edificios vernáculos es incierto.

Desde la exposición fotográfica de 1964, Rudofsky comienza los esfuerzos por organizar los objetos arquitectónicos no "formales" (dado que para él lo formal es lo académico), desde detectar el término adecuado, señalar características, localizar ejemplos y nombrarlos tales como: arquitectura natural, clásica vernácula, esculpida, primitiva, campesina, de sustracción, movible, entre otras. El acierto es la búsqueda y los esfuerzos por incorporar los objetos vernáculos dentro del universo arquitectónico. Sin embargo, su clasificación parte de concepciones válidas únicamente para la arquitectura académica, por lo que el modelo no es claro y sólo se queda en agrupaciones generales. Los componentes que se "leen" en el discurso son la función, la forma, la estructura y el estilo.

Amos Rapoport es arquitecto por la Universidad de Melbourne; en 1969 publica el libro "House form and culture"28; la versión en español, Vivienda y Cultura, publicada en 1972, es traducción de Conchita Diez Espada. El campo de estudio de Rapoport son las construcciones "tradicionales", y su hipótesis por corroborar es que las fuerzas socioculturales, más que las físicas, afectan la forma de la vivienda; durante el desarrollo de la investigación establece una clasificación inconsciente al analizar los diferentes tipos y formas de la arquitectura vernácula a la que también llama popular y folk.

De inicio el autor categoriza los objetos arquitectónicos en edificios importantes a los que pertenecen a la arquitectura académica y los que no lo son a la arquitectura vernácula, y supone que esta división es el resultado de la indiferencia de los profesionales de la disciplina.

El autor define la tradición folk como la versión inconsciente de las formas físicas de una cultura, de sus necesidades, valores, deseos, sueños y pasiones; posteriormente divide la arquitectura perteneciente a dicha tradición en dos grupos, por un lado los edificios primitivos y por otro los vernáculos, estos a su vez se subdividen en vernáculos preindustriales y vernáculos modernos.

Para Rapoport los edificios primitivos son las construcciones hechas por las sociedades, utilizando modelos que presentan pocas variaciones. En las comunidades primitivas, explica, todos son capaces de construir su propia vivienda, en conjunto se logra uniformidad en el paisaje artificial. En cambio, los edificios vernáculos sólo pueden explicarse en términos de su proceso, los modelos que se siguen son más flexibles que los utilizados en los edificios primitivos; reconoce que no es fácil definir el término y menciona que lo más acertado seria cambiarlo por architecture populaire.

Cuando se utilizan profesionales (albañiles) para la construcción de la vivienda, explica el autor, se habla de vernáculo preindustrial. El vernáculo moderno lo aborda en el último capítulo del texto, titulado "Una ojeada al presente". Sin embargo, no lo analiza, ya que duda si los esquemas válidos para las comunidades primitivas lo son para el hombre moderno. En este apartado continúa diferenciando la arquitectura popular y la de "alto estilo", y utiliza el término arquitectura roadside.

La clasificación propuesta en Vivienda y Cultura está basada en aspectos culturales, geográficos y en épocas determinadas. Como se menciona en párrafos anteriores, el objetivo general del texto de Rapoport es establecer cuáles son los factores que condicionan la forma, su objeto de estudio son las comunidades primitivas y a partir de ahí explica la arquitectura vernácula, su perspectiva es más antropológica que arquitectónica; incluir la cultura para el estudio de la arquitectura y la posibilidad de la existencia de un vernáculo moderno son aportaciones del documento. Los componentes que se mencionan son la forma y la función objetiva y subjetiva.

En 1978 se publica Cobijo y Sociedad 29, texto que escribe y edita Paúl Oliver, y el tema principal es la arquitectura vernácula. El documento está dividido en dos partes, la primera parte y la introducción de la segunda corren a cargo del autor.

Oliver establece diferencias entre arquitectura y ciencia de la construcción y entre edificio y arquitectura. Para él hay unos edificios que son vernáculos y otros que son primitivos; considera que la utilización del término "arquitectura vernácula" no es del todo correcto, aclarando que el uso común garantiza su permanencia.

De acuerdo al texto, la "arquitectura vernácula" es didáctica, homogénea, tiene escala humana, mantiene una estrecha relación entre la sociedad y el objeto arquitectónico, utiliza los materiales disponibles y no intervienen especialistas para su construcción. Por lo general tienen uso habitacional y se respeta el contexto cultural y el medio ambiente. La segunda parte del documento tiene como objetivo mostrar ejemplos de arquitectura vernácula en contextos diferentes. Los ensayos que comprenden este apartado son elaborados por arquitectos académicos, ahí se analizan tipologías vernáculas ya establecidas y también otros ejemplos poco comunes, como un vernáculo muerto, nativo, contemporáneo y marginal.

El texto de Paúl Oliver representa un esfuerzo por entender la arquitectura vernácula. El modelo de clasificación utilizado por el autor considera aspectos culturales y geográficos, las divisiones generales son hechas a partir de valores subjetivos. Asertivamente se trata el fenómeno de la arquitectura vernácula como algo "vivo", en constante producción y se expresa la necesidad de un nuevo enfoque para ampliar su entendimiento. Los componentes que se mencionan son la función, la forma y la estructura.

Los estudios modernos sobre arquitectura vernácula pueden dividirse en dos etapas, la primera donde se concibe a la arquitectura vernácula como rural y no se acepta del todo la presencia de arquitectura vernácula en las ciudades, tal es el caso de los tratados analizados en párrafos anteriores. En la segunda etapa aparecen tratados que aceptan la rural y la urbana como un proceso de continuidad, como se constata en los siguientes documentos:

La arquitectura rural y urbana del noreste de México es el título de la investigación elaborada por Armando Flores Salazar y que formó parte de las segundas jornadas para la identidad de la cultura norestense, organizadas por el Consejo Cultural de Nuevo León. El evento se llevó a cabo los días 13, 14 y 15 de noviembre de 1986 y fue organizado para celebrar los 390 años de la fundación de la ciudad de Monterrey.

En el documento se considera la arquitectura tanto rural como urbana y la relación de esta última con la arquitectura popular. Al respecto, Flores señala que para el mejor entendimiento de los edificios producidos en la ciudades y lograr su inclusión dentro de la disciplina, es necesario tomar en cuenta distintos factores como: el trasfondo cultural de los pueblos productores de dichos objetos; la sociología, incluida la teoría económica de Marx y sus efectos sobre la pobreza, los acontecimientos consecuencia de la revolución industrial, así como la revaloración de las técnicas anteriores al movimiento, entre otros. El autor apunta que los estudiosos de la arquitectura se han preocupado por clasificar y describir los objetos excepcionales por lo que propone una ruta de reflexión que va desde Jacques Francois Blondel30 a Amos Rapoport.

En su estudio, Flores establece características de la arquitectura vernácula en general, y valida la vernácula urbana. « El proceso evolutivo del objeto casa en una organización humana sedentaria, va desde la autoconstrucción, donde la forma, la técnica constructiva y los materiales usados son el producto dado por la tradición y teniendo como características el carecer de pretensiones teóricas y estéticas a priori, la aceptación de un lenguaje formal y técnico heredado, el respeto absoluto a las demás personas, a sus casas, al sitio y al entorno, así como a lo tradicional; todas las viviendas son generalmente iguales; cualquier miembro del grupo puede construir lo que necesita, dado que el conocimiento es básico y está difundido a todos. El siguiente paso en el proceso es comisionar a un constructor especializado en el oficio, prevaleciendo el criterio participativo con el usuario; siguen vigentes la mayoría de las características de la autoconstrucción y se tomarán en cuenta las exigencias particulares del grupo familiar; el tamaño dependerá de la riqueza, se cuidará de la relación con el sitio y el microclima, se harán ajustes y cambios durante el proceso constructivo y se podrán hacer adiciones y sustracciones a la construcción, pues no se opera con el concepto de obra total o terminada...»31.

En el ensayo, Flores divide la arquitectura en vernácula y académica, considera la primera como rural y urbana; orienta corregir la clasificación y descripción del objeto arquitectónico a partir de la lectura de aspectos socioculturales; señala el proceso evolutivo del objeto arquitectónico en la sociedad sedentaria, reitera la importancia del estudio de la arquitectura para el conocimiento de la identidad cultural. Los componentes implícitos en el discurso del autor son la forma, la estructura, el ornato y la función.

Fernando González Gortázar coordina el texto La arquitectura mexicana del siglo XX, publicado en 1994 por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes; el libro se divide en nueve capítulos y en el sexto, Las ciudades: el futuro y el olvido, aparece "La arquitectura autoproducida", ensayo escrito por Julio García Coll y Carlos H. Villalobos. El artículo tiene como tema principal la "arquitectura sin arquitectos" por considerar que es imprescindible tomar en cuenta a la "multitud de constructores y diseñadores anónimos" que resuelven la necesidad de vivienda, sobre todo en un documento que trata el "quehacer arquitectónico" del país.

En el ensayo se nombran dos tipos de arquitectura anónima: la vernácula y la autoproducida; para los autores la arquitectura vernácula es la que se realiza en el campo, edificada por el propio usuario con modelos que se van perfeccionado a través del ensayo y error y pasan de generación a generación. La arquitectura autoproducida es aquella donde intervienen procesos de autoproducción más que de autoconstrucción, «emplean total o parcialmente mano de obra asalariada o por destajo, y utilizan materiales de construcción de desecho y comerciales» 32. Es la arquitectura de los marginados urbanos.

Para facilitar el estudio, los autores dividen la vivienda autoproducida en dos modalidades: vivienda precaria y popular; a su vez la precaria se subdivide en tres tipos, la efímera, el tugurio y la vivienda provisional. Esta clasificación está directamente relacionada con los materiales que se utilizan para la construcción del objeto.

La habitación precaria utiliza materiales de desecho y las probabilidades que regularicen el terreno donde edifican son pocas. La popular también utiliza en su primera etapa materiales de desecho y su característica es que es progresiva, es decir, se construye al principio un pie de casa, posteriormente se amplía y por último se aplican los acabados.

Tanto la vivienda precaria como la popular presentan características comunes que los autores han denominado "elementos genéricos de caracterización", dentro de los cuales se establece una clasificación. Por ejemplo, en los elementos urbanos se considera la localización de los diferentes tipos de vivienda; en los de diseño se especifica si la vivienda es grande o pequeña y la forma del inmueble; en los elementos constructivos se habla de los materiales utilizados y en los de expresión se describe la imagen de todo el conjunto y de cada una de las casas. Se habla de un estilo particular de las viviendas que se obtiene al anteponer las necesidades funcionales.

La clasificación se establece considerando aspectos geográficos cuando se dice que la arquitectura vernácula es aquella edificada en el campo y no se analiza en el ensayo por considerar que ya ha sido suficientemente estudiada; por otro lado, cuando se divide la arquitectura autoproducida se toman en cuenta, para su adjetivación, los materiales constructivos. Los componentes que aparecen son el ornato, la estructura, la función y el estilo.

Para obtener el grado de maestra en ciencias con especialidad en Diseño arquitectónico, Diana Maldonado presenta en 2003 la tesis Arquitectura vernácula, de lo rural a lo urbano. Consideraciones generales33. El documento tiene como objetivo general establecer una definición de la arquitectura vernácula válida en la actualidad. En la primera parte del texto, Maldonado señala dos tipos de arquitectura vernácula: la rural y la urbana. La clasificación la determina el lugar donde se edifica el objeto y los materiales que se utilizan para su construcción.

Las características de la arquitectura vernácula tanto rural como urbana son las mismas, algunas de ellas son: empleo de materiales constructivos de la región, la autoconstrucción es dominante en la edificación de la vivienda; la función es un componente primordial; la arquitectura vernácula es empírica e incluyente; el objeto resulta didáctico en términos constructivos; es anónima no protagónica, existe un sentido de comunidad más que de individualidad; existe diversidad en la unidad; el proceso constructivo se desarrolla por etapas y el trasfondo cultural es determinante.

En la tesis se establece un listado de consideraciones iniciales para el estudio de la arquitectura vernácula urbana34 separadas en tres niveles de lectura: El nivel físico, donde se evidencia la relación que hay entre los materiales que se utilizan y la cercanía respecto al lugar de construcción, así como las facilidades económicas para obtenerlos. En este aspecto también quedan descubiertas las soluciones bioclimáticas que garantizan el confort dentro de la vivienda y el respeto por el contexto. En el nivel de lo histórico se concluye que predomina el componente función y que la forma, estructura, ornato, espacio y estilo están asociados a éste. En el nivel psicológico queda al descubierto que en la arquitectura vernácula los fetiches son comunes, ya que el miedo está representado por lo que no es palpable. En la segunda parte del documento se ensaya una tipología de la arquitectura vernácula urbana, tomando como punto de partida para el establecimiento de los grupos sus componentes básicos.

La clasificación propuesta en Arquitectura vernácula, de lo rural a lo urbano, considera la forma, el ornato, la estructura, el espacio, la función y el estilo, eso es un acierto; sin embargo, se busca un componente protagónico que dé nombre al grupo, y al establecer que la arquitectura vernácula es eminentemente funcional, se dificulta el ensayo de la tipología, recurriendo así a la búsqueda de binomios siempre con la función como componente determinante, pese a lo anterior, la tesis representa el punto de partida de este documento.

Como se mencionó al inicio del ensayo, al dividir la arquitectura en académica y vernácula se establece una clasificación general. Sin embargo, al momento de establecer dicha división en el laboratorio, con los objetos reales, es difícil delimitar los grupos, la organización de los objetos no se puede detener ahí. Las concepciones estéticas y estilísticas generadas en la academia no son válidas para todos los objetos que conforman el universo arquitectónico; cierto es que la arquitectura vernácula se clasifica cuando se dice: la casa de ladrillo, de piedra, la casa verde, el molino, la tienda, el tejaván, el depósito, la tortilleria, la casa de dos pisos, de material, etcétera. Sin embargo, ni las concepciones estéticas, ni los adjetivos, representan un modelo de clasificación con códigos arquitectónicos entendidos globalmente. Trabajar en la propuesta de un modelo fundamentado en los componentes básicos de la arquitectura, sin duda, es una propuesta de clasificación más asertiva, pues incluye a todos los objetos arquitectónicos en la clasificación en apoyo del aprendizaje y la evolución de la disciplina.

 

EL MODELO DE CLASIFICACIÓN Y SU APLICACIÓN A LA ARQUITECTURA VERNÁCULA URBANA

Donde se explica brevemente el modelo de clasificación arquitectónica propuesto en la tesis doctoral y se ensaya su aplicación en dos viviendas, una académica y otra vernácula urbana, ambas localizadas en el noreste de México.

Dentro de la clasificación arquitectónica se pueden identificar tres fases de clasificación y dos etapas intermedias o de transición. Las fases y el modelo de clasificación son cosas diferentes. El modelo establece cinco pasos generales: Primero. Elaboración de la lectura arquicultural del objeto seleccionado, esto es, la descripción del objeto tomando en cuenta los componentes básicos de la arquitectura y su realidad cultural. Segundo. Una vez hecha la lectura, se analizará el comportamiento en el objeto de estudio de la forma, el ornato, la estructura, la función, el espacio y el estilo, para determinar el nivel alcanzado en los aspectos físicos, históricos y psicológicos en cada uno de los componentes. Los niveles de las determinantes culturales se establecerán con valores del 1 al 4, y dependerán de las consideraciones para el estudio de los componentes básicos. Tercero. Llenado del esquema matriz o matriz arquicultural, sumatoria de los valores obtenidos y elaboración de una lista, por orden de presencia, de los componentes básicos de la arquitectura. Cuarto. Análisis de la matriz arquicultural, redacción de un párrafo con características del objeto colocadas siguiendo el orden de los componentes básicos determinado en el paso anterior. Quinto. Determinación del grupo al que pertenecerá el objeto analizado, el nombre del grupo utilizará lenguaje arquitectónico, es decir, será: formalista, ornatista, estructuralista, funcionalista, espacialista o estilista, si se toma en cuenta el componente que encabeza la lista; si se decide considerar el primero y el segundo, el nombre del grupo será el resultado de la combinación de estos dos componentes. Por ejemplo: ornatista-estilista35.

La eficiencia en la aplicación del modelo dependerá de los aspectos a considerar para la lectura de los seis componentes y de las habilidades del lector; conforme aparezcan nuevos estudios de los componentes básicos por separado o en conjunto, mejorará el establecimiento de los niveles en las determinantes culturales. El modelo aquí propuesto pudiera modificarse superficialmente, pero la esencia será la misma, la clasificación se hará utilizando herramientas propias de la disciplina.

Casa en la colonia Obispado. « Los hermanos Armando y Llermi son universitarios, él estudia medicina y ella arquitectura. La casa familiar que ahora habitan es la segunda y dicen estar tan contentos en ella como en la primera, que estaba en el segundo piso sobre la casa de la abuela Lala. Su padre, un arquitecto, construyó ambas, la primera en la colonia Tecnológico y la segunda en la colonia Obispado (Figura 1). Son vecinas de una plaza, tienen cerca una iglesia y el supermercado, forman parte de un barrio y están próximas al centro histórico de la ciudad Monterrey, requisitos tomados en cuenta para la elección del sitio y su construcción.

 

 

La casa es de las que se llaman de tres niveles: en el primero se encuentran las cocheras y la biblioteca, en el segundo, medio piso arriba, las áreas social y de servicio, el patio y el jardín, y en el tercero, también medio piso arriba y justo arriba del primer nivel, está el área de recámaras. La casa consta de cochera, pórtico, recibidor, sala, comedor, cocina, lavandería, cuarto y patio de servicio, sala familiar, tres recámaras, biblioteca, patio terraza y jardín (Figura 2). Está construida con muros de ladrillo; los pilares, vigas, castillos y cerramientos, son de concreto armado, al igual que las losas del entrepiso y azotea. El espacio interior está regido por el prisma rectangular (Figura 3) que forman el recibidor, la sala y el comedor, y que se continúa hacia la cocina (Figura 4), la biblioteca, la sala familiar y de éstas a las demás habitaciones. Una de las paredes de esta parte del área social está acristalada hacia la terraza y el jardín, por lo que recibe mucha luz (Figura 5), y al tener ventanas altas y remetidas -al igual que la sala familiar- le dan al espacio una luminosidad especial haciéndolo agradable.

 

 

 

 

 

En cuanto al estilo, la casa se puede catalogar como arquitectura moderna en la tendencia del formalismo purista, dada la exploración de las formas y el tratamiento monocromático para que resalten más. El ornamento o tratamiento de las superficies expuestas es con base en morteros de arena y cemento con diversas texturas en tonos blancos, tanto en muros exteriores e interiores como en la parte baja de las losas... Su masividad y cerramiento responden a las necesidades de proteger a sus habitantes del clima extremos y de los contaminantes urbanos; al mismo tiempo nos habla de costumbres castellanas (Figura 6). El cromatismo con base en tonos blancos, los pisos de cerámica y el manejo del agua de lluvia tienen como trasfondo la cultura morisca. El patio con jardín interior es herencia náhuatl o tlaxcalteca; por último, el limonero, la higuera y el granado y la resadá en el jardín es sobrevivencia sefardí, mientras que los arriates son de origen africano. A la vez, la casa apoya la continuidad de la arquitectura regional, dado el tratamiento espacial, formal, funcional y cromático »36.

 

 

Hace un par de años Llermi se casó, por lo que los habitantes actuales del inmueble son Armando y sus padres; todas las áreas se siguen utilizando, es decir que el objeto funciona como casa habitación y satisface las necesidades tanto objetivas como subjetivas de los usuarios. La apariencia superficial del objeto se cataloga como académica. La utilización de prismas rectangulares (Figura 7) dice de lo terrenal y el predominio de lo horizontal traduce la constante presencia femenina. Debido al tratamiento formal del objeto y al predominio del macizo sobre el hueco, el espacio privado domina sobre el público. Los diferentes paisajes forman parte de la sala y el comedor gracias al muro de cristal que actúa como conector entre el área social y el patio (Figura 8), por lo que los amaneceres, atardeceres, las lluvias, los días soleados, los cambios de estación, influyen en la percepción espacial del usuario y, en algunas ocasiones, modifican su estado de ánimo. El trabajo de todos los componentes en conjunto traducen al productor y usuario que en este caso es la misma persona, un arquitecto académico (Figura 9).

 

 

 

 

De acuerdo con la suma de valores obtenidos, el orden de los componentes en el objeto analizado sería: Espacio, Función, Estilo, Ornato-Estructura-Forma (Figura 10). Acomodando las características del inmueble señaladas en la lectura arquicultural y siguiendo el orden de los componentes obtenidos, una descripción sintética podría ser la siguiente:

 

 

El espacio interior predomina en la casa localizada en la colonia Obispado, los diferentes paisajes forman parte de la sala y el comedor gracias al muro de cristal gris que actúa como conector entre el área social y el patio, creando diferentes atmósferas espaciales; la casa es de tres niveles y cuenta con sala, comedor, cocina, lavandería, cuarto y patio de servicio, sala familiar, tres recámaras, tres baños completos, biblioteca, patio terraza y jardín. Las formas dominantes son prismas rectangulares; como elementos estructurales se pueden mencionar muros de ladrillo, pilares, vigas, castillos y cerramientos. Los muros están recubiertos con morteros de arena y cemento en tonos blancos; el estilo se relaciona con la arquitectura moderna y regional.

Si se tomara en cuenta el componente que encabeza la lista, el objeto estudiado quedaría dentro de la arquitectura Espacialista. Considerando los primeros dos componentes, su clasificación serta Espacialista-Funcionalista.

Casa en la colonia Buenos Aires (Figura 1). Rosy es la más pequeña de nueve hermanos; estudió enfermería en la ciudad de Monterrey y en 1968 se casó con José. Los primeros seis meses de matrimonio vivieron en la casa de la mamá del esposo, luego se fueron a vivir a la ciudad de Chicago en el vecino país de Estados Unidos de América ya que José tenía familiares allá, quienes le ayudaron a conseguir un trabajo provisional. En 1969 y todavía en Chicago, nació Gladis, la primera de cuatro hijos. Cuando la niña cumplió seis meses, Rosy regresó a México para iniciar la construcción de la casa en un terreno localizado en la colonia Buenos Aires, en Monterrey, Nuevo León.

 

 

José se quedó a trabajar un tiempo "del otro lado" para poder juntar el dinero que permitiera la construcción de la vivienda; Rosy contactó a la maderería El Salto y José envió desde Chicago un croquis con la distribución de las áreas y las indicaciones para la apariencia exterior de la casa. El firme y las instalaciones también fueron propuestas por él y elaborados por unos conocidos. En el proyecto original la sala y el comedor estaban al frente y tenían ventanas hacia el oriente, después la cocina y un patio de servicio con tallador y tendederos, las dos recámaras, una para el matrimonio y otra para los hijos, cuentan con acceso por el "área social" y tienen ventanas hacia el poniente, a la altura de la cocina se encuentra un baño completo (Figura 2). La intención era hacer, junto con el baño, un clóset-vestidor pero nunca se concretó el proyecto, por lo que con el paso de los años se utilizó como lavandería y cuarto de triques. En la fachada principal o norte había un pórtico con barandal de madera.

 

 

Como volúmenes generales de este primer proyecto se pueden mencionar prisma rectangular para el cuerpo base y prisma triangular en techumbre de tejaván (Figura 3); los muros y el techo fueron hechos de tablones de madera, colocados horizontalmente en el cuerpo base y en los tímpanos en posición vertical. En el exterior se utilizó pintura en color verde a dos tonalidades como recubrimiento y en el techo se colocaron hojas de lámina acanalada; la casa se instaló sobre un firme cubierto con mosaico de granzón. Una vez terminada la construcción se instalaron las ventanas de hierro recubiertas con pintura negra y con varillas de sección cuadrada colocadas horizontalmente como protectores.

 

 

La casa de Rosy y José no es un tejaván común, lo que la diferencia del resto es que, tanto los muros como el techo, están recubiertos interiormente por hojas de triplay, y sobre éstas pintura blanca, lo que la hace más confortable. La primera modificación que se le hizo a la casa fue la ampliación de la sala utilizando el área del pórtico (Figura 4) (Figura 5) y la instalación, en los accesos del objeto, de una puerta con mosquitero y tracería metálica a base de sigmas y volutas, recubierta con pintura negra y dorada. La siguiente intervención fue la construcción de un cuarto grande en la parte sur oriente del predio, la nueva habitación serviría para alojar a las mujeres que para entonces ya eran tres: Gladis, Xóchitl y Temiz. Esta vez los muros fueron construidos con bloques de arena cemento y recubiertos con pintura en color beige y losa de concreto armado. Cuenta con baño completo y un acceso único, orientado hacia al sur y controlado por los padres (Figura 6); el cuarto ocupado anteriormente se convirtió en la recámara del único hijo varón, Edgar, quien por temporadas compartía la habitación con su primo Rafael.

 

 

Todos los hijos del matrimonio se casaron y compraron su vivienda; en la casa de madera de la colonia Buenos Aires quedaron Rosy y José, y la construcción posterior en forma de prisma rectangular que sirviera como recámara de las hijas, se utilizó como bodega para guardar muebles. Con el paso del tiempo, las circunstancias de Gladis y su esposo para encontrar empleo fueron adversas, por lo que instalaron en la casa de Rosy un negocio de venta de "antojitos mexicanos". El inmueble que habían comprado lo cerraron y se fueron a vivir, junto con su pequeño hijo, a la casa de Rosy, para atender el comercio. La fachada principal del objeto se modificó, convirtiendo el pórtico en la cocina del "restaurante" (Figura 7).

 

 

Se instaló malla en todo el frente del predio y se colocó una estructura metálica con techumbre de lámina acanalada y hojas de plástico transparente y lonas promocionales para poder cubrir del sol, la lluvia o el frío a los cocineros y los clientes (Figura 8) (Figura 9).

 

 

 

Como en muchos objetos construidos en la ciudad, el marco cultural predominante es el español, y en este caso en particular con énfasis en los submarcos, castellano y morisco, en la selección de formas sencillas y de fácil asimilación, la utilización del sistema trilítico para resolver puertas y ventanas y la incorporación de sigmas y volutas en rejas protectoras. La selección de prismas rectangulares y triangulares como formas masa se corresponde con el sueño americano buscado desde los inicios de la vida en pareja, además de empatarse con la imagen de la casa acumulada en el inconsciente colectivo.

De acuerdo con los valores reflejados en la matriz arquicultural, en la casa de la colonia Buenos Aires predomina el ornato y la estructura en los aspectos físicos; la función en los aspectos físicos e históricos y el estilo en las determinantes físicas; siguiendo la sumatoria de los valores obtenidos en cada uno de los aspectos culturales, en el objeto analizado los componentes se encuentran ordenados de la siguiente manera: Función, Ornato-Estructura, Forma, Estilo y Espacio (Figura 10). Sintetizando las características del inmueble en relación con el listado anterior, una posible descripción de la vivienda podría ser:

 

 

En 1969 se inicia la construcción de la casa de Rosy y José en un terreno localizado en la colonia Buenos Aires, en el municipio de Monterrey; el inmueble cuenta con sala, comedor, cocina, dos recámaras, baño completo, lavandería techada. En la actualidad el objeto es utilizado como casa-habitación y comercio informal; los muros y la estructura son de madera. Los volúmenes generales son prismas rectangulares y triangulares; la casa es considerada por los usuarios como "tipo americana".

Considerando el componente que encabeza la lista, el inmueble seria clasificado como arquitectura Funcionalista. Si se tomaran en cuenta los primeros dos componentes pertenecería al grupo Funcionalista-Ornatista.

 

SÍNTESIS Y CONCLUSIONES

La clasificación forma parte de los procesos mentales del hombre, la utiliza para tener control del mundo que le rodea, por lo que es común encontrar su aplicación en actividades cotidianas. La arquitectura recurre a modelos de otras disciplinas para clasificar sus objetos. Al hacerlo, combina criterios, de esta manera se habla de arquitectura histórica y prehistórica, académica y vernácula, griega, medieval, social, contemporánea, moderna y posmoderna, minimalista, gótica y rococó, europea y latinoamericana, culta y popular, deconstructivista, high-tech, isabelina, Luis XV y reina Ana, rural y urbana, cubista, kitschy Art decó, entre muchos otros adjetivos que contribuyen a la confusión.

El primer paso para una mejor comprensión de la arquitectura consiste en la clasificación adecuada de los objetos que produce. La necesidad de trabajar en un modelo de ordenamiento que utilizara herramientas arquitectónicas implicó revisar críticamente tratados históricos donde se reflejarán los estudios que se han hecho al respecto. Al analizar la clasificación que se ha hecho de la arquitectura vernácula se evidenció que ni las concepciones estéticas ni los adjetivos constituyen un modelo de clasificación viable.

La arquitectura es una disciplina compleja, ya que tanto es un objeto cultural como un objeto arquitectónico. Como objeto cultural cuenta con realidades físicas, históricas y psicológicas, donde quedan incluidos aspectos sociales, económicos, técnicos, históricos, ideológicos, estéticos y psicológicos; como objeto arquitectónico está constituido por seis componentes básicos: forma, ornato, estructura, función, espacio y estilo, los cuales operan conjuntamente y dependen unos de otros. En el análisis desarrollado se evidenció que si se clasifica la arquitectura considerando sólo uno de los seis componentes básicos, el resultado sería parcial, por lo que se concluyó que un modelo de clasificación adecuado debería fundamentarse en su realidad cultural y en los componentes básicos, ya que estos constituyen el lenguaje común a todos los objetos arquitectónicos.

La aplicación del modelo a dos ejemplos de habitat residencial, el primero, diseñado por un arquitecto académico y el otro por un arquitecto empírico, permitió demostrar que el modelo va a depender de las habilidades del lector y del conocimiento que de los componentes se tenga. El comportamiento de éstos en el objeto dependerá de la fuerza cultural, es decir, de los usuarios, del lugar donde sea construido el edificio y del devenir histórico; que sin mantenerse como protagónico, el componente función es predominante. Por último, que la vivienda vernácula urbana es uno de los objetos arquitectónicos más complejos, ya que en él las relaciones entre los componentes básicos cambian constantemente, buscando satisfacer las necesidades (objetivas o subjetivas) que van surgiendo.

 

NOTAS

2   Ernst Cassirer, Antropología filosófica. FCE., México, 1963, p. 21.

3   Marc Bloch, Introducción a la Historia. Ed. F.C.E., 4a edición, 3a reimpresión, México, 2003, p. 182.

4   Aristóteles, Tratados de Lógica (el organón), estudio introductorio, preámbulos a los tratados y notas del texto por Francisco tarroyo, Ed.Purrúa, México, 2001, p.XtVI.

5   Aristóteles, op. cit, p. 1.

6   Aristóteles, op. cit, p. 2.

7   Umberto Eco. La estructura ausente, introducción a la semiótica. Ed. turnen, España, 1968, p. 283.

8   Renato de Fusco. Arquitectura como "mass médium". Ed. Anagrama, Barcelona, 1970, p. 74.

9   Christian Norberg-Schulz, Intenciones en arquitectura, Ed G.Gili, Barcelona, 1979, p. 66.

10   Ramón Vargas Salguero. Conceptos fundamentales de la práctica arquitectónica. UNAM, México, 2003.

11   Diana I. Maldonado Flores, Arquitectura vernácula, de lo rural a lo urbano. Consideraciones generales, Tesis de Maestría, UANt, Monterrey, N.L., 2003, p. 6.

12   Armando Vicente Flores Salazar, "Ornamentaria. Lectura cultural de la arquitectura regiomontana". UANL, Monterrey, N.L, 2003, p. 36.

13   Marco tucio Vitruvio, Los diez libros de arquitectura, alianza Editorial, Madrid, 1997. Traducción de la edición preparada por Frank Granger para Harvard University, 1970, basado en los manuscritos Hy G, por José L. Oliver Domingo.

14   John Summerson, El lenguaje clásico de la arquitectura, Ed. G. Gilí, Barcelona, 1963, p. 13.

15   Leon Battista Alberti. De Re Aedificatoria. Ed. Akal España 1991.

16   John Summerson, oprit.,p.14.

17   Owen Jones, The Grammar of ornament, Ed. Omega Books, New York, 1986.

18   Armando Flores Salazar, Ornamentaría. Lectura cultural de la arquitectura regiomontana, UANL Monterrey, México, 2002, p. 103.

19   Eugene Viollet-le-Duc, Histoire de L'habitation húmame. Depuis les temps préhistoriques jusqu'a nousjours , París, 1875, traducción libre por Diana I. Maldonado, p. 1.

20   Eugene Viollet-le-Duc, Historia de la habitación humana. Versión castellana adaptada por Manuel A. Domínguez. Ed. Víctor teru, Buenos Aires, 1945, p. 10.

21   Úrsula Hatje, Historia de los estilos artísticos, Ed. Istmo, Madrid, 1975,2° edición, p.11.

22   Úrsula Hatje, op.cit, p.19.

23   Úrsula Hatje, op.cit, p.11.

24   Úrsula Hatje, op.c/f., p.19.

25   Úrsula Hatje, op.cit, p.35.

26   Bernard Rudofsky, Architecture without architects. Ed. Doubleday, Nueva York, 1964.

27   Bernard Rudofsky, Constructores Prodigiosos. Ed. Concepto, México, 1984, p.61.

28   Amos Rapoport. Vivienda y Cultura. Ed. G. Gili, Barcelona, 1972.

29   Paul Oliver. Cobijo y Sociedad. Ed Blume, Madrid, 1978.

30   Teórico clásico citado en PeterCollins. Los Ideales de la Arquitectura Moderna: su evolución. 1750-1950, Ed. G. Gili, Barcelona, 1970.

31   Segundas jornadas para la identidad de la cultura norestense, Gobierno del Estado de Nuevo teón, México, 1986, p. 6.

32   Julio García y Carlos Villalobos, "Arquitectura autoproducida", en Fernando González Gortázar, La arquitectura mexicana del siglo XX, Ed. FCE, México, 1996, p. 355.

33   Diana I. Maldonado Flores, Arquitectura vernácula, de lo rural a lo urbano. Consideraciones generales, Tesis de Maestría, UANt, Monterrey, N.L, 2003.

34   En la tesis Arquitectura vernácula, de lo rural a lo urbano..., Maldonado define la arquitectura vernácula urbana como aquella que "responde a las necesidades elementales de protección, se elabora con los materiales existentes, ya sea industrializados o de desecho", p. 21.

35   Diana I. Maldonado Flores, Modelo para la clasificación de la arquitectura a partir de sus componentes básicos, Tesis Doctoral, UNAM, México, 2007, pp. 82-88. Se puede consultar en: http://bidi.unam.mx/

36   Armando Vicente Flores Salazar, Apreciación de las Artes, CECSA. Colección de estudios generales, UANt, México, 2000, p.p. 32-36.

 

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Fecha de Recepción: 27.03.09
Fecha de Aceptación: 02.07.09